Resumo: Artigo 36355
Percepción pública de la ciencia: ¿qué ciencia?; ¿qué público? (6, 11, 57, 58, 90)
Marisa García, Fundación Bariloche, Argentina.
Apresentação: Wednesday, May 29, 2008 3:45PM - 5:45PM sala 203 - UNIRIO VII ESOCITE - Sessão 15 - Chair: Leonardo Vaccarezza
Abstract.
En 1957, con el apoyo de la National Association of Scientific Writers (NASW) y la Rockefeller Foundation, se realizó en Estados Unidos la primera encuesta de percepción pública de la ciencia. La misma estudiaba el grado de interés y de información y la actitud hacia la ciencia y los científicos de cerca de 2000 ciudadanos estadounidenses. A partir de los resultados obtenidos se estableció una correlación que marcó el devenir de los posteriores estudios cuantitativos de percepción pública de la ciencia y la tecnología: a menor información, mayor el recelo hacia las actividades científico-tecnológicas. Sobre esta asociación entre déficit cognitivo e indiferencia o rechazo a la ciencia denominada modelo de déficit- comenzaron a realizarse de forma sistemática a partir de la década de 1970 estudios cuantitativos orientados a dar cuenta de la cantidad y calidad de conocimientos científicos de la población, tanto en Estados Unidos como Europa y posteriormente en algunos países de América Latina y el Caribe. En los inicios de los años `90 este modelo comenzó a recibir críticas desde diferentes perspectivas. Por un lado, las estrategias de construcción de indicadores y herramientas conceptuales destinadas a medir la percepción pública de la ciencia fueron cuestionadas por aquellos quienes las empleaban (Ziman 1992, Bauer; Shoon 1993, Godin; Gingras, 2000, Polino; Fazio; Vaccarezza 2003). Por otro lado, las perspectivas constructivistas, tanto en la sociología de la ciencia (Barnes 1974; Bloor 1976, Latour; Woolgar 1979; Collins 1981, Pickering 1984, Shapin, Shaffer 1985), como en la sociología de la tecnología (Bijker; Pinch; Hughes 1987) promovieron una nueva imagen de la ciencia que impactó en los estudios dedicados al análisis de la percepción pública de la misma. Estos enfoques, que habían comenzado a desarrollarse en la década de 1970 en el contexto de una fuerte crítica a la imagen de la ciencia sustentada por la sociología, la historia y la filosofía de la ciencia clásicas, brindaron herramientas novedosas para repensar los problemas de los estudios de percepción pública, estimulando el desarrollo de nuevas líneas de investigación. Tomando como punto de partida la comprensión de la ciencia como una empresa social heterogénea, autores como Brian Wynne (1992, 1995, 1996), Steven Yearley (1991, 2003) y Alan Irwin (1995, 2001) buscan dar cuenta de la coproducción de la ciencia, la tecnología y la sociedad. Alan Irwin (1995, 2001) pretende dar cuenta de cuál es el papel de de los individuos y las comunidades en los procesos de apropiación de los desarrollos científicos tecnológicos. Para este autor, es necesario explorar los modos en que los actores sociales imponen su voz, y al hacerlo redefinen su condición de ciudadanos así como las nociones de conocimiento, confianza e identidad a las que ésta se encuentra vinculada. Desde un enfoque reflexivo, Wynne propone el abandono de definiciones a priori de las capacidades e intereses de los actores involucrados en los procesos de producción, percepción y apropiación de conocimiento científico. Por su parte, Yearley enfatiza la importancia de reemplazar la definición de ciencia como un conjunto de verdades universales por una que tome como punto de partida la ciencia en acción. El presente trabajo tiene por objeto estudiar los alcances y límites de estas perspectivas para el análisis de la percepción pública de la ciencia. Para ello se analiza su modo de concebir tanto a la ciencia como al público y su impacto en los presupuestos epistemológicos y metodológicos de los estudios de la percepción pública de la ciencia.